Una serie de eventos de carácter global, producto de la época, como la crisis ambiental, las guerras regionales entre países, la lucha por la hegemonía imperial entre potencias económicas, las migraciones masivas del sur al norte o la presencia devastadora de la pandemia por COVID-19, ha propiciado la construcción de un escenario con grandes retos para los sistemas educativos de casi todas las naciones. Tales retos van desde la suficiente canalización de los recursos financieros para el sostenimiento del Sistema hasta la adopción de modelos educativos innovadores que permitan la construcción de entornos de aprendizaje realmente desarrollador.
Si partimos de la idea de que la educación debe tener como propósito poner al hombre a nivel de su tiempo, la escuela debe entonces estar en constante dinamismo para responder a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes que les impone el entorno. En la realidad de la mayoría de nuestros países se observa que el paradigma de la escuela tradicional sigue siendo dominante. El hecho de cambiar la pizarra tradicional por el pintarrón o el gis o tiza por el marcador no son garantía de innovación, tampoco lo es la incorporación mecánica de recursos tecnológicos como el proyector de video.
Un aspecto a considerar, por el que la escuela no responde a las expectativas sociales contemporáneas, es que la mayoría de los actores educativos no son los usuarios principales de la literatura novedosa sobre las ciencias pedagógicas, producto de la investigación educativa, lo que implica que resulten poco actualizados los fundamentos teóricos y metodológicos para la mejor dirección del proceso enseñanza aprendizaje. Lo anterior implica que la práctica profesional de los docentes se desarrolle de manera intuitiva o empírica y no de manera científica.
Darle carácter científico a la intervención pedagógica en nuestras escuelas debe constituirse en un objetivo permanente, partiendo del diagnóstico integral de todas las dimensiones escolares, tanto en el aspecto escolar como en el aspecto comunitario. En el contexto áulico, para garantizar aprendizajes significativos en los estudiantes, como parte del diagnóstico, es imprescindible reconocer sus conocimientos previos y el desarrollo de sus habilidades socioemocionales.
La evaluación multidimensional y el contar con una sólido basamento teórico y metodológico, como fundamentos de la intervención educativa, garantizará la construcción de personas con un amplio horizonte de significaciones, significados y sentidos, que les permita responder a los retos de la época contemporánea. Nuestra revista intenta constituirse en un espacio de socialización de experiencias innovadoras que se fundan en una relación dialéctica entre teoría y práctica. Esa es nuestra modesta contribución para promover el desarrollo docente que le permita construir creativamente estrategias en el proceso educativo para superar esa crisis de carácter planetario.
Dr. José Luis Murillo Amaro
DESAFÍO ESCOLAR, Revista Iberoamericana de Pedagogía es una publicación cuatrimestral editada por el Centro de Investigación y Desarrollo Educacional A.C. (CEIDE) y el Centro de Estudios Superiores y de Posgrado Lev Vigotsky. La editora responsable es Brenda Carbajal Gutiérrez. Esta revista cuenta con la Reserva de Derechos al Uso Exclusivo número 04-2023-061616421800-102, así como con los registros ISSN impreso: 2992-7137 y ISSN digital: 2992-8109, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor.
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